Cada 12 de agosto se celebra el Día de la Juventud. Una oportunidad para reflexionar sobre el lugar que ocupa el cannabis en las nuevas generaciones, los desafíos educativos y culturales, y la necesidad de construir información real, sin estigmas ni prejuicios. 🌳
En un mundo cada vez más conectado, crítico y consciente, la juventud está en el centro de las transformaciones sociales y culturales. Y cuando hablamos de cannabis, no es la excepción: son lxs jóvenes quienes más consumen, más preguntan, más debaten y también quienes más sufren las consecuencias del desconocimiento, la criminalización y la falta de información confiable.
El Día de la Juventud, establecido por la ONU cada 12 de agosto, no es solo un saludo simbólico: es una invitación a mirar cómo se vive ser joven hoy, y cómo se piensa el cannabis desde una generación que ya no lo ve como un “tabú”, sino como parte de su entorno cotidiano.
🎓 Cannabis y educación: entre el mito y la realidad
Uno de los grandes desafíos que aún persisten es el vacío de educación formal sobre cannabis. Mientras las redes sociales, el boca en boca y la experiencia personal son hoy las principales fuentes de información, las escuelas, universidades y espacios de formación siguen esquivando el tema, o lo abordan desde un enfoque punitivo.
Esto genera un escenario peligroso: lxs jóvenes terminan aprendiendo solos, muchas veces sin referencias claras ni datos certeros, lo que puede llevar a consumos desinformados, problemáticos o riesgosos.
Hablar de cannabis en la juventud no es promover el consumo, es promover el acceso al conocimiento, al pensamiento crítico y al cuidado mutuo.
🌱 Cultura cannábica joven: identidad, creatividad y comunidad
Para gran parte de la juventud, el cannabis no es solo una sustancia: es también una expresión cultural, un código compartido, una forma de pertenencia. Se cruza con la música, el arte, el humor, la política, el diseño, la cocina, la ciencia y las luchas por derechos.
La nueva generación no solo quiere consumir: quiere saber, experimentar con responsabilidad, producir contenido, cultivar, legislar, educar y sanar.
Y lo hace con una mirada crítica hacia las estructuras que todavía criminalizan, estigmatizan o patologizan el uso, incluso en contextos donde se legaliza o regula en todo el mundo.
💬 ¿Qué necesitan lxs jóvenes?
- Espacios reales de diálogo donde se pueda hablar sin miedo ni burla.
- Educación integral y honesta, que informe sin moralina.
- Acceso a programas de reducción de riesgos.
- Acompañamiento profesional libre de prejuicios.
- Participación activa en políticas públicas sobre cannabis, salud y juventud.
Cuando la voz joven es escuchada y tomada en serio, se construyen entornos más saludables, conscientes y libres.
🌳 ¿Y el rol del Estado?
El Estado no puede seguir ignorando esta conversación. La juventud ya la está teniendo —en redes, en plazas, en talleres, en universidades, en sus casas—. Lo que falta es política pública que acompañe.
Eso implica campañas de información accesible, presencia en escuelas y centros juveniles, capacitación a docentes, equipos de salud formados y espacios de consulta donde no se juzgue.
🌿 La juventud no es el futuro, es el presente. Y el presente exige hablar de cannabis con datos, empatía y responsabilidad.
Este 12 de agosto, desde 420puntoar, celebramos a quienes abren camino, cuestionan lo establecido y siembran nuevas formas de entender la relación entre cultura, salud, educación y cannabis. 🌳