Diferencias entre cannabis sativa, índica y ruderalis

Sativa, índica y ruderalis son tres tipos de cannabis con características muy distintas entre sí. Conocer sus diferencias es clave para entender sus efectos, usos y cómo cultivarlas.

Cuando alguien empieza a interiorizarse en el mundo del cannabis, uno de los primeros conceptos que aparece es la diferenciación entre sativa, índica y ruderalis. No es solo una cuestión de nombres o estética: cada variedad tiene efectos, tiempos de cultivo y características muy distintas.

Cannabis sativa: energía y altura
La sativa es probablemente la más reconocida a nivel visual. Es una planta de hojas finas, color verde claro, que puede llegar a ser muy alta y estilizada. Su origen se remonta a regiones ecuatoriales como Colombia, México, Tailandia y el sudeste asiático.

En cuanto a sus efectos, las sativas suelen generar una estimulación cerebral, asociada a la creatividad, la actividad, la sociabilidad. Por eso, muchas personas prefieren las variedades sativas para el día o para momentos en los que buscan claridad mental, enfoque o inspiración.

Suelen tener floraciones largas, de hasta 14 semanas, lo que puede ser un desafío para cultivadores impacientes. Pero su producción suele ser generosa, y sus aromas son cítricos, especiados o terrosos.

Cannabis índica: relajación y cuerpo
La índica tiene un aspecto bien distinto. Sus hojas son anchas, de un verde más oscuro, y su forma es compacta. Su origen está en regiones montañosas como Afganistán, Pakistán y la India.

En cuanto a sus efectos, las índicas son conocidas por inducir relajación corporal, disminuir la ansiedad, ayudar al descanso y aliviar dolores musculares o articulares. Muchas personas las prefieren para la noche o para momentos de descanso profundo.

Tienen una floración más rápida que las sativas (unas 8 semanas), y suelen adaptarse bien a espacios reducidos. Sus aromas son más dulces, terrosos o afrutados.

Cannabis ruderalis: la discreta automatizada
La ruderalis es menos conocida, pero cumple un rol muy importante en el desarrollo de cepas modernas. Es originaria de regiones frías como Rusia y Europa del Este, y se distingue por una característica clave: florece de forma automática, sin depender del fotoperiodo (horas de luz y oscuridad).

A diferencia de las sativas o índicas, que comienzan a florecer según los ciclos de luz, la ruderalis florece por edad, generalmente entre la tercera y quinta semana de vida. Esto la hace muy útil para cultivadores que buscan ciclos rápidos o que viven en zonas con poca estabilidad lumínica.

Como contrapartida, la ruderalis pura suele tener un bajo contenido de THC y una producción menor. Sin embargo, al cruzarse con sativas o índicas, dio lugar a las populares “autoflorecientes” que combinan rapidez con efectos potentes.


¿Y las híbridas?
La mayoría de las genéticas comerciales hoy son híbridas, es decir, combinaciones entre índica, sativa y/o ruderalis. Esto permite encontrar variedades con efectos más balanceados o con características adaptadas a distintos climas y métodos de cultivo.

Saber si una cepa es 80% índica o 60% sativa puede ayudarte a elegir mejor según tu intención: ¿querés relajarte o activarte? ¿Querés algo rápido de cultivar o una experiencia intensa?


Conocer es elegir mejor
El cannabis no es una sola cosa, y cada variedad puede generar experiencias muy distintas. Informarse sobre las diferencias entre sativa, índica y ruderalis es el primer paso para entender cómo interactúa esta planta con nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestros tiempos.

🌳 Y si estás pensando en empezar a cultivar, este conocimiento también te va a ayudar a elegir la genética más adecuada para tu espacio, clima y objetivos.

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