Marihuana y adolescencia: educación y prevención

El consumo de cannabis en la adolescencia es un tema sensible y complejo. ¿Cómo abordar esta etapa sin caer en discursos punitivos ni negacionistas? En esta nota hablamos de educación, prevención real y el rol fundamental de las familias, la escuela y la sociedad. 🌳

Hablar de cannabis y adolescencia genera controversias. En muchos espacios, se parte de un enfoque prohibicionista que reduce el tema a decir “no”. En otros, se minimizan los riesgos del consumo temprano o se romantiza su uso como acto de rebeldía.

Pero si queremos que lxs adolescentes estén realmente cuidados, necesitamos información clara, honesta y accesible. Ni alarmismo, ni silencio. La clave está en educar con respeto, escuchar sin prejuicio y construir prevención desde el vínculo.


🧠 ¿Por qué es importante hablar del tema?

Porque la adolescencia es una etapa donde el cerebro aún está en desarrollo, sobre todo en áreas vinculadas a:

  • La toma de decisiones
  • La regulación emocional
  • La planificación y el control de impulsos

El uso frecuente de cannabis en esta etapa puede tener efectos sobre la memoria, la atención y el aprendizaje, especialmente si hay consumo temprano y sostenido.

Pero también es importante decir que no todo consumo genera daño, y que la mayoría de lxs jóvenes que prueban cannabis no desarrollan un uso problemático.

La prevención no se logra con miedo, sino con educación, confianza y acompañamiento.


📊 Qué dice la evidencia

  • El consumo habitual y precoz de THC puede alterar circuitos neuronales relacionados con la motivación y la memoria.
  • El cannabis puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos (como ansiedad o psicosis) en adolescentes vulnerables genéticamente.
  • El riesgo aumenta cuando hay historia familiar de salud mental, contextos de violencia o falta de contención afectiva.
  • La percepción de riesgo baja y la normalización sin herramientas también generan terreno fértil para consumos problemáticos.

🗣️ ¿Cómo acompañar desde la familia o la escuela?

  • Hablar antes de que aparezca el consumo: no esperes a “descubrir” algo para recién abrir la charla.
  • Escuchar sin juzgar: si la conversación se transforma en sermón, se pierde el canal.
  • Dar información real: no exageres ni minimices. Compartí datos confiables.
  • Acordar límites claros: el respeto mutuo implica reglas, pero también comprensión.
  • Detectar señales de alarma: si hay consumo frecuente, aislamiento, bajo rendimiento o cambios bruscos de humor, puede haber algo más que solo cannabis.

🧰 ¿Qué estrategias de prevención sí funcionan?

  • Programas de reducción de daños adaptados a jóvenes.
  • Espacios de escucha con pares, no solo con adultos.
  • Actividades que canalicen la búsqueda de placer, riesgo y pertenencia (arte, deporte, militancia, etc.).
  • Acceso a información científica, actual y libre de moralismo.
  • Presencia de adultos que no teman hablar de cannabis, aunque no lo consuman.

🌳 La adolescencia no es un delito

Es una etapa de exploración, preguntas, descubrimientos. Si unx adolescente prueba cannabis, no es un fracaso educativo, ni un problema de conducta. Es una oportunidad para dialogar, acompañar y sembrar herramientas que duren toda la vida.

Y si el consumo aparece, no es el fin del mundo: es el momento para preguntar por qué, para revisar el contexto, y para tender puentes en lugar de levantar muros.


🌱 Educar no es controlar. Es confiar, compartir saberes, y estar disponibles. Para eso también sirve hablar de cannabis.

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