La luz es uno de los factores más importantes para el éxito de un cultivo interior de cannabis. En esta guía te explicamos todo lo que necesitás saber para elegir y usar correctamente los distintos sistemas de iluminación según tu espacio, presupuesto y objetivos.
Cuando hablamos de cultivos indoor, la iluminación no es un detalle: es el corazón del sistema. A diferencia del cultivo exterior, donde el sol hace todo el trabajo, en interior la luz debe reproducir las condiciones naturales de forma artificial. Si te equivocás en este punto, todo el cultivo puede fracasar, por eso es clave entender qué tipo de luz usar, cuánta, cuándo y cómo.
Hoy te compartimos una guía práctica, pensada para principiantes y cultivadores caseros, para que tomes las decisiones correctas 🌳
💡 ¿Por qué es tan importante la luz?
El cannabis necesita fotones para hacer la fotosíntesis, crecer fuerte, y florecer con calidad. Cada etapa del ciclo de vida de la planta demanda diferente intensidad y espectro de luz. Una buena iluminación impacta directamente en:
- La velocidad de crecimiento
- La cantidad y densidad de las flores
- El contenido de cannabinoides
- La salud general de la planta
🔌 Tipos de luces más comunes
1. CFL (bajo consumo fluorescente):
Ideales para espacios muy chicos o germinación. No generan mucho calor pero tienen poca penetración. Económicos, pero limitados.
2. HPS (sodio de alta presión):
Son potentes, económicas y populares. Buenas para floración, pero consumen mucha energía y generan bastante calor. Necesitan buena ventilación.
3. MH (halogenuros metálicos):
Similares a las HPS, pero con espectro más frío, ideal para vegetativo. Se usan en combinación con sodio.
4. LED:
Son el estándar actual. Hay desde opciones caseras hasta sistemas profesionales. Consumen poco, generan menos calor y se pueden elegir con espectros específicos. Requieren inversión inicial más alta, pero a largo plazo son la mejor opción.
🕓 ¿Cuántas horas de luz necesita?
- Etapa vegetativa: 18 horas de luz / 6 de oscuridad
- Etapa de floración: 12 horas de luz / 12 de oscuridad
La constancia en el fotoperiodo es clave. Un cambio accidental de luz puede estresar la planta o revertir su floración.
📏 ¿Qué potencia necesito?
Una regla básica para estimar es:
- 250W para hasta 1 m²
- 400W para 1,2 m²
- 600W para 1,5 m²
- LEDs: dependerá del modelo, pero se busca una cobertura mínima de 300–500 µmol/m²/s en vegetativo y 600–1000 µmol/m²/s en floración
Además de la potencia, tené en cuenta:
- Altura de las lámparas: demasiado cerca quema, demasiado lejos estira.
- Reflectores y paredes blancas o reflectantes: ayudan a aprovechar mejor la luz.
🌡️ ¿Y la temperatura?
La iluminación afecta la temperatura del ambiente. HPS y MH levantan muchos grados, mientras que LED y CFL son más frescas. Si vas a usar luces que calientan mucho, asegurate de tener buena ventilación y extractor. El rango ideal para el cultivo indoor está entre 22 y 28°C.
🎯 Consejos clave para aprovechar al máximo la iluminación
- Medí el espacio antes de comprar: no todas las luces cubren igual.
- Prestá atención al espectro: azul para vegetativo, rojo para floración.
- Mantené limpias las lámparas y reflectores.
- Usá temporizadores automáticos para el fotoperiodo.
- Evitá interrupciones de luz durante la noche (oscura total en floración).
- Si podés, invertí en un luxómetro o medidor PAR: vas a entender mucho mejor cómo responde tu planta.
🔧 ¿Y si tengo presupuesto limitado?
Si estás empezando y no querés gastar mucho, podés armar un indoor básico con un par de CFL o un LED económico. Lo importante es entender los principios básicos de la iluminación y darle a tus plantas un entorno estable y coherente.
A medida que ganes experiencia, vas a poder escalar el sistema e ir probando mejoras como paneles LED regulables, controladores de temperatura o espectros ajustables.