Después de meses de cuidados, llegó el momento más esperado: la cosecha. Pero todo ese trabajo puede perderse si no hacés un buen secado y curado. En esta nota te explicamos cómo hacerlo paso a paso para conservar al máximo el sabor, aroma y potencia de tus flores 🌿
El momento de la cosecha es motivo de alegría para cualquier cultivador. Pero lo que muchos no saben es que una gran parte de la calidad final de los cogollos no depende solo del cultivo, sino del proceso de secado y curado. Sin un manejo correcto en esta etapa, las flores pueden perder potencia, aroma, sabor, e incluso desarrollar hongos.
Por eso, aprender a secar y curar correctamente tus flores es tan importante como regarlas o abonarlas durante el ciclo de vida. A continuación, te guiamos paso a paso para que tus cogollos lleguen a su máximo potencial.
✂️ Antes de secar: cosecha y manicura
Lo primero es definir el punto óptimo de cosecha, que suele ser cuando los tricomas pasan de transparentes a lechosos, y algunos se ven ambarinos. Una vez cortadas las ramas, viene la manicura, es decir, la eliminación de las hojas grandes y medianas que rodean los cogollos.
Hay quienes hacen la manicura en seco (después del secado) y quienes la hacen en fresco. Lo más común para secado casero es manicurar en fresco, ya que facilita la circulación del aire y previene la aparición de moho.
🌬️ Etapa 1: Secado
¿Dónde secar? Lo ideal es un ambiente oscuro, con buena ventilación, humedad controlada (entre 50% y 60%) y temperatura templada (18 °C a 22 °C). Un placard con ventilador o una caja acondicionada pueden funcionar.
- Colgá las ramas boca abajo o usá rejillas si cortaste los cogollos por separado.
- No uses calor directo ni secadores: secar rápido hace que los terpenos (los aceites aromáticos) se evaporen y se arruine la experiencia final.
- El proceso dura entre 7 y 14 días, según el clima y la densidad de las flores.
- Están listas cuando el tallo chico cruje al doblarse, pero no se parte del todo.
🌡️ Etapa 2: Curado
El curado permite que los cogollos terminen de estabilizar su humedad interna, desarrollen su perfil de terpenos y bajen la intensidad del clorofila. Este proceso mejora el sabor, la suavidad al fumar y la conservación a largo plazo.
- Guardá los cogollos en frascos de vidrio con tapa hermética, sin apretarlos.
- Durante las primeras dos semanas, abrí los frascos una vez por día durante unos minutos («orearlos») para liberar la humedad y renovar el aire.
- Revisá que no aparezcan hongos ni humedad excesiva.
- Después de dos semanas, podés espaciar el oreado.
- El curado óptimo dura al menos 4 semanas, aunque muchos cultivadores lo extienden hasta 2 o 3 meses para obtener flores de excelencia.
🧠 Tips clave
- Usá higrómetros si podés, para medir la humedad dentro de los frascos (ideal: entre 58% y 62%).
- No uses bolsas plásticas ni frascos de plástico: alteran el sabor y favorecen el moho.
- Si los cogollos están muy húmedos al tacto dentro del frasco, volvé a secarlos un poco más afuera.
🌳 El secado y curado no es el final, sino la coronación
Una buena flor no solo depende de la genética o el fertilizante. El proceso posterior a la cosecha puede transformar un cogollo promedio en uno memorable. El tiempo, la paciencia y el cuidado hacen la diferencia.
Así como un vino necesita reposar para sacar lo mejor de sí, la marihuana también se afina en el tiempo. Y cuando abrís un frasco bien curado y el aroma te envuelve, sabés que valió la pena cada paso.