Día del Orgullo: cannabis y disidencias

La lucha por los derechos de las personas LGBTQ+ y la del movimiento cannábico tienen más en común de lo que parece. En el Día del Orgullo, reflexionamos sobre los cruces históricos entre estas dos comunidades que nunca dejaron de resistir.

Cada 28 de junio se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBTQ+, en memoria de la Revuelta de Stonewall (1969), un momento bisagra en la lucha por los derechos de las disidencias sexuales. Lo que no muchos saben es que esa fecha también tiene vínculos con otra batalla por los derechos humanos: la legalización del cannabis.

En este posteo queremos hablar de esa conexión, de los activismos que se cruzaron en las calles, en las políticas públicas y en las historias de vida de muchas personas que lucharon por visibilidad, salud, libertad y dignidad.


✊🏽 Una historia de resistencias compartidas

Durante décadas, las personas LGBTQ+ y quienes consumían o cultivaban cannabis fueron criminalizadas, perseguidas, patologizadas y estigmatizadas. Ser gay, lesbiana, trans o simplemente fumar un porro podía ser motivo suficiente para perder un trabajo, ser detenido arbitrariamente o ser blanco de violencia institucional.

En los años ’80 y ’90, cuando el VIH/SIDA azotaba a la comunidad queer sin una respuesta estatal adecuada, muchos pacientes comenzaron a usar cannabis medicinal para aliviar los efectos secundarios de los tratamientos o para recuperar el apetito. Fue en ese contexto que surgieron algunas de las primeras organizaciones pro cannabis en Estados Unidos, con fuerte presencia del activismo LGBTQ+.


🌈 Activismo cannábico queer: pioneros invisibles

Una figura clave fue Dennis Peron, veterano de Vietnam, activista gay y uno de los impulsores de la Proposición 215 en California, que permitió el uso de cannabis medicinal en 1996. Peron ayudó a cientos de personas con VIH a acceder a marihuana para uso terapéutico, y lo hizo desafiando leyes injustas.

También es imposible no nombrar a Brownie Mary, activista que repartía brownies con THC a pacientes con SIDA y que fue arrestada varias veces por hacerlo. Su vínculo con la comunidad LGBTQ+ y su lucha solidaria se convirtieron en un emblema de la compasión como forma de resistencia.


🌍 Realidades cruzadas en Argentina y Latinoamérica

En nuestro país y en la región, los consumos minoritarios y las identidades disidentes siguen generando incomodidad en sectores conservadores. Muchas veces, los cuerpos no normativos y las prácticas alejadas de la hegemonía siguen siendo blanco de prejuicio. Por eso, hablar de cannabis y disidencias en el Día del Orgullo no es mezclar temas, es reconocer una misma raíz: la búsqueda de libertad, salud y autonomía.

Además, las marchas del orgullo en ciudades como Buenos Aires o Rosario no solo reclaman por igualdad legal, sino también por el fin de la violencia institucional, el acceso real a derechos y la no criminalización del consumo de sustancias.


💬 El derecho a decidir sobre nuestros cuerpos

Tanto el feminismo como los movimientos LGBTQ+ han reivindicado históricamente el derecho a decidir sobre el propio cuerpo. El uso del cannabis, ya sea recreativo o medicinal, forma parte de esa autonomía corporal. Y al igual que con las identidades sexuales o de género, la educación y el acceso a la información son fundamentales para romper estigmas.


🌳 Celebrar el orgullo también es exigir derechos

Hoy más que nunca, celebrar el Orgullo es también reivindicar los derechos de quienes aún viven en la sombra del prejuicio, por fumar, cultivar, medicarse o simplemente ser quienes son. Porque el acceso a una planta también puede ser un acto de amor propio, de sanación y de libertad.

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