Entrevista: usuarios terapéuticos y su lucha por el acceso legal

Aunque el uso medicinal del cannabis está regulado en varios países de Latinoamérica, la realidad de los usuarios es muy distinta al papel. En esta entrevista, tres personas que usan cannabis con fines terapéuticos cuentan su historia, sus logros y las barreras que todavía enfrentan para acceder a su medicina. 🌳

En los últimos años, el avance del cannabis medicinal ha sido significativo en Argentina y en buena parte de Latinoamérica. Sin embargo, detrás de las leyes y los titulares, hay miles de personas que todavía luchan todos los días para acceder de forma segura, legal y digna a un tratamiento que les cambia la vida.

En esta nota, compartimos las voces de tres usuarios registrados en el sistema REPROCANN, que accedieron a contarnos cómo llegaron al cannabis, cómo viven su día a día y qué esperan del futuro.


🗣️ Mariana, 41 años — Buenos Aires

“Mi hija tiene epilepsia refractaria. Probamos todo lo que había en el sistema tradicional: anticonvulsivos, terapias, internaciones. Nada funcionaba. Hasta que llegamos al cannabis, casi por desesperación.

Fue un antes y un después. Las crisis bajaron más del 80% y volvió a dormir, a jugar, a estar más conectada. Pero el camino fue durísimo: médicos que no sabían, prejuicios, trámites eternos. Recién con REPROCANN pudimos respirar un poco.

Hoy cultivo yo misma su medicina. No quiero depender de un frasco de aceite que no sé si va a estar en la farmacia o si va a tener la concentración adecuada. Pero no dejo de sentir miedo. Aunque esté inscripta, siempre hay una sensación de que en cualquier momento me pueden complicar.”


🧔‍♂️ Federico, 33 años — Córdoba

“Me diagnosticaron fibromialgia hace 7 años. El dolor era constante. Pasé por más de 12 medicamentos distintos y efectos secundarios que me arruinaron: insomnio, ansiedad, pérdida de peso.

Probé con cannabis y en un mes ya dormía mejor y tenía menos brotes. No es que desapareció el dolor, pero lo puedo manejar. Me devuelve autonomía.

El problema es el acceso. Los productos de calidad son caros, y no siempre están disponibles. Cultivar es una opción, pero también un riesgo si no tenés el registro. Y aún teniéndolo, la policía no siempre lo respeta. Hay mucha desinformación institucional.”


👵 Teresa, 67 años — Mendoza

“Tuve cáncer de mama. Pasé por quimio, radioterapia, operaciones. El dolor y las náuseas me dejaban postrada. Una amiga me recomendó aceite de cannabis, y fue una bendición.

Después de la enfermedad, seguí usándolo para dormir, para los dolores articulares, para la ansiedad. Es parte de mi vida. Pero cada vez que lo digo en voz alta, siento que tengo que justificarme.

Lo uso con receta, estoy registrada, pero me da bronca tener que explicarle a todo el mundo que no soy una drogadicta. El estigma todavía pesa mucho, incluso dentro del sistema de salud.”


📌 ¿Qué tienen en común estas historias?

Todas comparten un factor clave: la necesidad de autonomía, seguridad y respaldo legal. Aunque REPROCANN es una herramienta fundamental, muchos usuarios aún enfrentan obstáculos burocráticos, falta de información profesional y una cultura médica que no termina de aceptar el cannabis como una opción válida.

El reclamo de estos usuarios no es solo por el derecho a tratar su salud con cannabis, sino por una política pública integral, con productos accesibles, capacitación médica, acompañamiento terapéutico y sobre todo, respeto.


🌍 El acceso legal al cannabis terapéutico no debería ser un privilegio, sino una garantía de salud y de derechos humanos. 🌳

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