El cannabis es una de las plantas más antiguas utilizadas por la humanidad. En este posteo repasamos qué es, para qué se usa y cuáles son los principales mitos que todavía circulan sobre ella.
El cannabis es una planta con miles de años de historia, pero también con una enorme carga de prejuicios, desconocimiento y controversia. Según la época, el lugar y el contexto cultural, fue considerada una medicina, una herramienta industrial, una sustancia espiritual, una droga peligrosa o un símbolo de contracultura. Pero ¿qué es realmente el cannabis?
Una planta, muchas formas
El término “cannabis” se refiere a un género de plantas que pertenece a la familia de las cannabáceas. Dentro de este género se encuentran tres especies principales: Cannabis sativa, Cannabis indica y Cannabis ruderalis. Cada una tiene características particulares en cuanto a su forma de crecer, sus efectos y sus usos. A lo largo del tiempo, el cruce entre variedades dio lugar a una enorme diversidad de cepas.
La planta produce una serie de compuestos químicos llamados cannabinoides, entre los cuales los más conocidos son el THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol). El THC es el principal responsable del efecto psicoactivo, mientras que el CBD no altera la percepción pero tiene propiedades que están siendo ampliamente estudiadas en el campo de la salud.
Usos históricos del cannabis
El uso del cannabis se remonta a miles de años atrás. En registros de la antigua China, por ejemplo, ya se lo mencionaba como parte de preparados medicinales. También fue utilizado en la India, en Egipto, en Grecia y en muchas otras culturas, ya sea con fines curativos, rituales o recreativos.
Además, la planta ha sido utilizada para la producción de fibras textiles (el cáñamo industrial), papel, cuerdas, aceites y alimentos. En muchas regiones del mundo fue una materia prima clave para la economía local.
Mitos que todavía persisten
A pesar de su historia y de los avances científicos de las últimas décadas, el cannabis sigue rodeado de ideas equivocadas que vale la pena revisar:
- “El cannabis es una droga peligrosa” → El término “droga” es amplio y ambiguo. El cannabis, como cualquier sustancia activa, tiene efectos y puede implicar riesgos si no se usa de forma responsable. Pero también tiene aplicaciones médicas comprobadas y un perfil de riesgo menor que otras sustancias legales.
- “Si probás cannabis, después vas a consumir cosas más fuertes” → Es el viejo mito del “efecto puerta de entrada”. La evidencia científica no lo respalda. El contexto social y emocional tiene mucho más peso en el desarrollo de consumos problemáticos que la sustancia en sí.
- “El cannabis mata neuronas” → No existe evidencia concluyente que respalde esta afirmación. El impacto del cannabis en el cerebro depende de múltiples factores: edad, frecuencia de consumo, concentración de THC, etc. Pero decir que “mata neuronas” de forma general es una simplificación sin sustento.
- “Solo lo usan los jóvenes” → Cada vez más personas adultas, mayores e incluso profesionales de la salud se interesan por el cannabis, especialmente en sus formas no psicoactivas. Los usos son diversos y no responden a un único perfil.
Un tema que sigue creciendo
Hoy, gracias al avance de la investigación científica, los debates públicos y los cambios en la legislación de distintos países, el cannabis está volviendo a ocupar un lugar más realista y menos estigmatizado. Pero queda mucho por informar, debatir y aprender.
Entender qué es el cannabis —más allá de los titulares, los memes o los mitos— es el primer paso para poder hablar del tema con seriedad. Y también para tomar decisiones informadas, ya sea que se trate de uso medicinal, recreativo, industrial o simplemente de interés general.
🌳 En las próximas notas vamos a seguir profundizando en sus componentes, en las formas de consumo, en su vínculo con la salud y en cómo se cultiva. Porque conocer la planta es parte de cuidarse.